Una mujer se desviste en un probador, otra se baja los pantalones en un baño, una última se levanta de la cama en ropa interior...
Son escenas cotidianas que ocurren en la intimidad y que allí deberían quedar.
Pero en Corea del Sur imágenes como esas están al alcance de decenas de usuarios de Internet, porque son grabadas por cámaras ocultas sin el conocimiento de sus protagonistas y subidas de forma furtiva a varios sitios web.
La cuestión se ha vuelto un grave problema, según las autoridades surcoreanas.
Y para acabar con esa práctica la policía ha puesto en marcha una impactante campaña
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